W.T. Stead fue uno de los fallecidos en este tremendo accidente. Pero su caso no es del todo normal. Treinta y dos años antes del hundimiento Stead publicó un cuentodonde narraba el hundimiento de un gran buque de pasajeros en mitad del océano Atlántico. En 1892 volvía a escribir otro relato sobre un naufragio, esta vez indicaba que éste se produciría al chocar con un iceberg. Posteriormente en 1910 daba una conferencia sobre seguridad en los barcos de pasajeros, ilustró su charla con una lámina en la que él aparecía como una víctima del naufragio, pidiendo ayuda inútilmente.
Incluso llegó a visitar el Titánic en su proceso de construcción, quizás llamado por la curiosidad consultó con varios “futurólogos”, uno de ellos, W. De Kerlor le dijo que lo veía realizando un viaje a América –no tenía previsto tal viaje- y que durante este viaje lo vería envuelto en una catástrofe marítima junto a cientos de personas.
A pesar de todas estas señales y de la carta de un sacerdote británico en el que le predecía el hundimiento de un trasatlántico recién construido, Stead decidió realizar el viaje, quizás fuera una cita ineludible….
El Sr. Colin McDonald rechazó el puesto de segundo ingeniero de a bordo del Titánic debido a una corazonada, estaba convencido de que algo sucedería en el buque. Por su parte Condon Middleton había soñado dos noches consecutivas con el hundimiento del barco, tenía el pasaje comprado y justo dos días antes de la partida pudo anular su reserva, librándose así de una muerte casi segura.
Otras personas llegaron incluso más lejos, es el caso del banquero J. Pierpont Morga, a pesar de tener el equipaje a bordo, canceló su billete debido a una superstición de última hora. Incluso en una obra publicada en 1911 titulada “Predicciones para 1912” podemos leer: “Un titán del mar, un coloso que se hundirá en las heladas aguas del Atlántico norte…”
23 años después el oficial William Reeves –que curiosamente había nacido la misma noche del naufragio- se encargaba de capitanear el “Titanian”, en esos momentos transitaba por las mismas aguas del accidente. En un momento determinado el oficial sintió una presión, un agobio insoportable que le hizo mandar un brusco cambio de rumbo, súbitamente apareció un enorme iceberg que no chocó con el “Titanian” debido a la intuición del joven Reeves.
Existen más sucesos inexplicables, por ejemplo el del matrimonio Wanderbright. Habían adquirido un pasaje de primera clase, enviaron al mayordomo para que comenzara a acomodar la estancia de la pareja y situar el numeroso equipaje para el viaje. Pero el matrimonio no llegó a subir a bordo, a escasos segundos de zarpar abandonaron maletas y sirviente quedándose en tierra. ¿a qué se debió esta inesperada decisión?.
Quizás la ausencia más sorprendente en este viaje inaugural fue la del dueño de la naviera J.P. Morgan y del dueño de la constructora Lord Gird, ambos acostumbraban a realizar los viajes inaugurales de sus buques, pero en este caso no lo hicieron.
Como vemos fueron muchas las casualidades, premoniciones, predicciones y sueños que sucedieron en torno al hundimiento del Titánic, la pregunta sería ¿está el futuro escrito?
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